Dos personas perdieron la vida y otras 35 resultaron heridas tras un ataque perpetrado por fuerzas rusas contra un supermercado en la ciudad de Kharkiv, al norte de Ucrania, utilizando dos bombas deslizantes, según informaron funcionarios locales. El incendio resultante en la tienda de mejoras para el hogar Epicentr K, en las afueras septentrionales de la ciudad, fue evidente. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, lamentó que más de 200 personas podrían haber estado dentro del supermercado al momento del ataque. El alcalde de Kharkiv, Ihor Terekhov, expresó en Telegram su consternación, mencionando la cantidad de personas desaparecidas y calificando el hecho como un acto de terrorismo.
Zelensky condenó enérgicamente el ataque, señalando que refleja la imprudencia de Rusia y acusando al presidente ruso, Vladimir Putin, de ser responsable de la violencia y el temor infligidos a la población. Este incidente resalta la preocupación de los ucranianos por la falta de una defensa aérea adecuada, con Zelensky reiterando la necesidad urgente de sistemas de defensa aérea proporcionados por los aliados occidentales para garantizar la seguridad del país.
El ataque también evidencia la creciente audacia de Rusia, que parece aprovechar una oportunidad para fortalecer su posición mientras Ucrania aguarda la llegada de más armamento occidental al frente. Las bombas deslizantes, un recurso utilizado por las fuerzas rusas en este incidente, son una forma económica pero devastadora de ataque, al añadir alas desplegables y navegación por satélite a las antiguas bombas soviéticas.