Francia responde a los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas, donde el partido de extrema derecha Agrupación Nacional ha conseguido una notable ventaja con aproximadamente un tercio de los votos.
En París, muchos residentes muestran su descontento por el resultado. Caroline Beaulieu, de 38 años, expresa su desilusión: «En ambos casos, es como elegir entre dos males. No hay una opción clara entre ambos. Así que aquí estamos, desencantados y sin rumbo».
Algunos también cuestionan la decisión de Macron de adelantar las elecciones. Jean Christophe Nony, de 59 años, argumenta: «Considero que el presidente debería haber respetado el plazo máximo de 40 días, porque precipitarnos a estas elecciones puede desestabilizar a la población y resultar en una asamblea ingobernable que no se disolverá en un año. No hay necesidad de apresurarse ni de campañas; esa es la responsabilidad de Emmanuel Macron».
Aunque las encuestas sugieren que la Agrupación Nacional obtendrá la mayoría de los escaños en la próxima Asamblea Nacional, no está claro si alcanzarán la mayoría absoluta de 289 escaños de los 577 disponibles.
El ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, reconoce la derrota de su gobierno: «Es una derrota para nuestra mayoría presidencial, una derrota para nuestro campo político. Es un momento histórico de reorganización de las fuerzas políticas en nuestro país y estoy profundamente apenado».
Mientras tanto, el ambiente es notablemente más optimista en el campamento de Marine Le Pen, líder de extrema derecha.
La segunda y decisiva vuelta de las elecciones se llevará a cabo el próximo domingo.
