Vladimir Putin ha establecido condiciones estrictas para un alto el fuego en Ucrania, exigiendo que Ucrania retire completamente sus tropas de los territorios que Rusia afirma haber anexado. Esta propuesta fue rápidamente denunciada por Ucrania como una «ofensiva al sentido común», reiterando la posición del presidente Volodymyr Zelensky de no negociar con Moscú hasta que las fuerzas rusas abandonen por completo el territorio ucraniano, incluida Crimea.
Putin también condicionó el inicio de conversaciones de paz a que Ucrania renuncie a sus aspiraciones de unirse a la OTAN. Estas declaraciones se producen justo antes de una cumbre en Suiza, a la que Rusia no ha sido invitada, donde líderes de 90 países discutirán caminos hacia la paz en Ucrania.
Durante una reunión en Moscú, Putin instó al gobierno ucraniano a retirarse de las regiones parcialmente ocupadas por Rusia y a renunciar oficialmente a sus planes de integración con la OTAN. En respuesta, Mykhailo Podolyak, asesor presidencial ucraniano, calificó la propuesta como una «completa farsa» y una afrenta al sentido común, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania la describió como absurda y criticó a Putin por presentarse como un pacificador después de iniciar la mayor agresión armada en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La cumbre en Suiza busca establecer un camino hacia una paz justa y duradera en Ucrania, basada en el derecho internacional y la Carta de la ONU. Mientras tanto, Ucrania ha obtenido apoyo internacional significativo, incluido un acuerdo de seguridad bilateral de 10 años con Estados Unidos, y se está planificando el uso de activos congelados de Rusia para financiar esfuerzos bélicos y apoyar la economía ucraniana a largo plazo.