En un giro sorprendente, el gobierno británico ha reconocido que las fuerzas especiales del país bloquearon la entrada al Reino Unido de comandos afganos conocidos como los «Triples», quienes combatieron junto al SAS en Afganistán.
Este veto fue revelado inicialmente por un informe de la BBC en febrero, pero el gobierno había negado previamente su existencia. Sin embargo, una corrección reciente del Ministerio de Defensa admitió que las evaluaciones de las fuerzas especiales sí influyeron en las decisiones de reasentamiento, un poder que algunos críticos consideraron un conflicto de intereses debido a las investigaciones pendientes sobre crímenes de guerra.
La revelación ha provocado indignación y acusaciones de traición hacia los antiguos aliados afganos del Reino Unido, quienes ahora enfrentan persecución bajo el régimen talibán.