Entre los futuros integrantes del gabinete, hay cuentas pendientes del pasado que seguramente buscarán saldar. Este entramado político se vislumbra complejo, con figuras afines al presidente López Obrador ocupando la mayoría de las carteras clave. Sin embargo, esto no garantiza un equipo homogéneo ni eficiente, dado que muchos actuales funcionarios han sido criticados por su gestión.
Los nombres que se manejan para las posiciones más relevantes incluyen a figuras como Alcalde Luján, Batres Guadarrama, Taddei, Godoy Ramos, y otros cercanos a AMLO, todos con la confianza plena del presidente saliente.
Es crucial destacar que los primeros 12 colaboradores nombrados por Claudia Sheinbaum son reconocidos por su capacidad, honestidad y experiencia en el servicio público, asegurando así un desempeño responsable en sus nuevas responsabilidades.
La coexistencia entre los leales a Sheinbaum y los seguidores de López Obrador será un punto de interés, pues aunque se promueva la colaboración, los desacuerdos políticos subyacentes podrían afectar la eficacia gubernamental. La disciplina que impone la nueva presidenta será vital para mitigar estos conflictos.
Además, la asignación presupuestaria será fundamental para que estos nuevos funcionarios puedan cumplir con las expectativas y prioridades establecidas, particularmente después de las medidas de austeridad implementadas previamente.
La incertidumbre respecto a la influencia de López Obrador sobre su sucesora genera preocupación en los círculos políticos y empresariales, reflejando un entorno de transición complejo y lleno de desafíos para el próximo gobierno.