El Congreso de Puebla, un estado conocido por su conservadurismo en el centro de México, aprobó ayer la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación, sumándose así a los estados en los que esta práctica ya no es un delito, ya sea por decisiones de sus parlamentos locales o por fallos judiciales.
La cámara aprobó en lo general la reforma al código penal del estado con 29 votos a favor, 7 en contra y 4 abstenciones. Esta decisión generó celebraciones entre las activistas que han luchado durante años por este cambio.
En 2007, la Ciudad de México fue la primera en despenalizar el aborto y proporcionar acceso a este procedimiento. Le siguió Oaxaca en 2019, y a partir de 2021, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional penalizar el aborto en respuesta a un amparo que sentó precedentes, los cambios legales se han sucedido de manera constante.
Dos años después, en 2023, la SCJN dio un paso adicional al derogar las normas que criminalizan el aborto en el Código Penal Federal, instando a los códigos penales locales a alinearse, aunque no todos lo han hecho.
A pesar de estos avances, en un país mayoritariamente católico, el estigma social persiste. Activistas han denunciado que, incluso en estados donde el aborto ya no es un delito, todavía faltan insumos y capacitación para garantizar que todas las personas con capacidad de gestar puedan acceder a la interrupción de su embarazo de forma segura.
Hasta ahora, los estados que han despenalizado el aborto son 13: Ciudad de México, Coahuila, Baja California, Baja California Sur, Colima, Hidalgo, Oaxaca, Veracruz, Quintana Roo, Guerrero, Aguascalientes, Sinaloa y Puebla.
El Congreso de Jalisco aún debe cumplir un mandato judicial que despenaliza el aborto, según datos de la ONG Gire. En Chihuahua, un tribunal ordenó garantizar los servicios de aborto, pero sigue estando criminalizado en el código penal. En otros estados, el aborto se permite bajo ciertas causales, y en caso de violación, está permitido en todo el país.