La Unión Europea ha condenado la retirada de boyas fronterizas por parte de Rusia en el río Narva, que marca la frontera con Estonia. Funcionarios estonios informaron que 24 de las 50 boyas instaladas para delinear las rutas de navegación fueron retiradas el jueves por la mañana.
Las tensiones fronterizas han aumentado desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022. Josep Borrell, jefe de política exterior de la UE, calificó estas acciones de «inaceptables» y las enmarcó dentro de un patrón más amplio de comportamiento provocativo y acciones híbridas de Rusia, tanto en fronteras marítimas como terrestres en la región del Mar Báltico.
Rusia ha cuestionado la ubicación de aproximadamente la mitad de las 250 boyas utilizadas para evitar que los barcos ingresen a aguas extranjeras, según el servicio de guardia fronteriza de Estonia. La primera ministra estonia, Kaja Kallas, afirmó estar tratando de esclarecer la situación con Rusia, sugiriendo que estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de Moscú para generar temor y ansiedad mediante el uso de herramientas fronterizas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Estonia convocó al encargado de negocios de Rusia, calificando la medida de «incidente fronterizo provocativo» y exigiendo la «devolución inmediata» de las boyas. Este incidente ocurre poco después de que el Ministerio de Defensa ruso publicara, y luego eliminara, una propuesta para revisar su frontera marítima en el Mar Báltico, lo que causó preocupación entre los miembros de la OTAN, incluida Estonia. Moscú aún no ha emitido comentarios al respecto.