Cinco palestinos han sido asesinados por las fuerzas israelíes durante un segundo día de redadas en Cisjordania, mientras la ONU llama a la desescalada del conflicto. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que los fallecidos eran «cinco terroristas que se habían ocultado en una mezquita» en Tulkarm, cerca de la frontera israelí.
La operación, que Israel ha descrito como una importante ofensiva antiterrorista, comenzó el miércoles en diversas ciudades de Cisjordania. Sin embargo, las cifras de víctimas han variado, a medida que los enfrentamientos continúan. Las FDI reportaron inicialmente la muerte de nueve militantes: cinco en Yenín y Tulkarm, y cuatro más en el campo de refugiados de Al Faraa. El Ministerio de Salud palestino, por su parte, elevó la cifra a 12 muertos hasta el jueves.
El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a Israel a detener inmediatamente las operaciones militares, advirtiendo que están «intensificando una situación ya de por sí explosiva». Además, pidió a las fuerzas israelíes ejercer «máxima moderación» y emplear la fuerza letal solo cuando sea «estrictamente inevitable».
Según las FDI, los cinco palestinos muertos en Tulkarm fallecieron en «intercambios de disparos». Entre las víctimas se encuentra Mohammed Jaber, conocido como Abu Shujaa, quien era líder local de la Brigada Tulkarem, un grupo militante respaldado por la Yihad Islámica Palestina. Jaber estaba vinculado a varios ataques contra israelíes y planeaba nuevas acciones, según el ejército israelí.
En Jenín, las fuerzas israelíes continuaban con su operación en el campamento de refugiados, mientras que ambulancias eran detenidas y registradas por jeeps militares en las inmediaciones del hospital gubernamental. El campamento ha sido un bastión de grupos armados y también alberga a civiles desarmados, convirtiéndolo en un foco frecuente de intensos tiroteos. Las comunicaciones desde el campamento han sido limitadas, ya que las fuerzas israelíes han bloqueado el acceso y las redes de telefonía palestinas han sido interrumpidas. Los residentes, médicos y periodistas dentro del campamento intentan interpretar la situación a partir de explosiones y ráfagas de disparos esporádicos, mientras sobrevuelan drones.
Se trata del segundo día de una operación que los medios israelíes señalan podría extenderse durante varios días en Cisjordania. El ejército israelí ha informado de arrestos y confiscación de armas, mientras que los palestinos denuncian daños en viviendas e infraestructuras. Esta ofensiva es la mayor en Cisjordania desde los tiempos de la segunda intifada, hace ya dos décadas.
