India ha anunciado que celebrará elecciones regionales clave en el disputado territorio de Jammu y Cachemira, administrado por India, a partir del 18 de septiembre. Estas elecciones son las primeras en casi diez años y las primeras desde que el gobierno del primer ministro Narendra Modi revocó el estatus especial de la región en 2019. El proceso electoral se llevará a cabo en tres fases en los 90 distritos electorales, finalizando el 1 de octubre, con los resultados previstos para el 4 de octubre.
Según el Comisionado Electoral Jefe, Rajiv Kumar, alrededor de 8,7 millones de personas, incluyendo 4,26 millones de mujeres, podrán ejercer su derecho al voto. Las elecciones a la Asamblea suelen realizarse cada cinco años, pero la inestabilidad política ha retrasado el proceso en esta región. «Después de una larga pausa, se celebrarán elecciones en Jammu y Cachemira», afirmó Kumar en una conferencia de prensa en Delhi. Destacó también que la región había experimentado una participación histórica del 58,46% en las recientes elecciones parlamentarias, un aumento significativo en comparación con las elecciones generales de 2019.
La comisión electoral también subrayó en su cuenta de X (anteriormente Twitter) que las largas filas de votantes durante las elecciones generales reflejan la determinación del pueblo de Jammu y Cachemira de tomar control de su futuro. Este anuncio llega pocos meses después de que el Tribunal Supremo de India respaldara la decisión del gobierno de eliminar el artículo 370 de la Constitución, que concedía a la región una autonomía considerable. Además, el tribunal ordenó la celebración de elecciones a la Asamblea antes del 30 de septiembre.
La revocación del estatus especial de Cachemira también dividió al antiguo estado, que cuenta con más de 12 millones de habitantes, en dos territorios administrados directamente por el gobierno central: Ladakh y Jammu y Cachemira. Esta medida, que fue una de las promesas clave del Partido Bharatiya Janata (BJP) de Modi en 2019, generó un fuerte descontento en la región. En marzo, Modi visitó la zona por primera vez desde 2019, afirmando que su gobierno estaba «trabajando arduamente para ganarse los corazones» de los habitantes, y anunció proyectos por un valor de 64.000 millones de rupias (aproximadamente 774 millones de dólares) destinados a impulsar la agricultura y el turismo locales. Sin embargo, tanto analistas como políticos locales señalan que el descontento hacia el BJP persiste.
La región del Himalaya ha sido un punto de conflicto desde que India y Pakistán lograron su independencia de Gran Bretaña en 1947, y ambos países, poseedores de armas nucleares, reclaman la totalidad de la región. Desde 1989, una insurgencia armada contra el gobierno de Delhi en la región administrada por India ha causado decenas de miles de muertes, manteniendo una fuerte presencia militar en la zona. Delhi acusa a Islamabad de apoyar a militantes y de desestabilizar la región, una acusación que Pakistán niega.
Cachemira sigue siendo escenario de episodios de violencia. Recientemente, un aumento en la actividad militante, que parece haberse trasladado del valle de Cachemira a la relativamente más tranquila región de Jammu, ha generado preocupación. En junio, nueve peregrinos hindúes murieron y decenas resultaron heridos cuando militantes atacaron un autobús en Reasi, en uno de los incidentes más mortales de los últimos años. Además, se han registrado varios ataques más contra las fuerzas armadas y civiles en la región.