El clima cálido y seco ha creado condiciones propicias para que se produzcan incendios en el Ártico.
Según científicos de la UE, los intensos incendios forestales ocurridos en junio sobre el Círculo Polar Ártico han liberado megatoneladas de carbono a la atmósfera.
Los datos del Servicio de Monitoreo Atmosférico de Copérnico (CAMS) muestran que la mayoría de los incendios están ardiendo en la República de Sajá, en el extremo norte de Rusia.
Estos incendios estacionales se están desplazando hacia el norte a medida que el cambio climático provoca un aumento de las temperaturas en el Ártico. Atraviesan la tundra y los bosques boreales, liberando gases de efecto invernadero del suelo rico en carbono.
En la República de Sajá se han registrado temperaturas mucho más altas y condiciones más secas de lo habitual para esta época del año, lo que ha proporcionado las condiciones ambientales perfectas para que se produzcan incendios forestales.
“Las emisiones de los incendios en el Ártico se han mantenido en niveles bastante típicos durante los últimos tres veranos, pero hemos observado que los incendios recientes se desarrollaron a raíz de condiciones más cálidas y secas, similares a los incendios forestales generalizados de 2019 y 2020”, dice Mark Parrington, científico sénior del CAMS. “Esta es la tercera vez desde 2019 que observamos incendios forestales importantes en el Ártico, y demuestra que esta región del noreste del Ártico ha experimentado el mayor aumento de incendios forestales extremos en las últimas dos décadas”.
Más de 160 incendios forestales habían quemado casi 460,000 hectáreas de tierra hasta el 24 de junio, dijo Andrey Konoplev, viceministro de ecología, gestión natural y silvicultura de la región, citado por la agencia estatal de noticias rusa TASS.
El CAMS afirma que las emisiones mensuales totales de carbono estimadas de estos incendios forestales son las terceras más altas de las últimas dos décadas, con 6.8 megatoneladas de carbono. Los incendios de este año solo se sitúan por detrás de los de 2020 y 2019, cuando se registraron 16.3 megatoneladas y 13.8 megatoneladas, respectivamente. Los incendios forestales en el hemisferio norte tienden a alcanzar su punto máximo en julio y agosto.
El Ártico es la «zona cero» del cambio climático. Los cambios en el clima ártico no afectan solo a la región local; son de gran importancia mundial ya que afectan a todo el sistema climático de la Tierra. «El Ártico es la zona cero del cambio climático y el creciente riesgo de incendios forestales en Siberia es una clara señal de advertencia de que este sistema esencial se está acercando a peligrosos puntos de inflexión climáticos», afirma Gail Whiteman, profesora de la Universidad de Exeter y fundadora de la organización científica sin fines de lucro Campamento Base Ártico.
“Lo que sucede en el Ártico no se queda ahí: el cambio en el Ártico amplifica los riesgos a nivel mundial para todos nosotros. Estos incendios son un grito de advertencia para que se tomen medidas urgentes”.