De acuerdo con testimonios de víctimas de secuestro agravado y líneas de investigación del Ministerio Público estatal, se evidencia una preocupante colusión entre el crimen organizado dedicado al tráfico de personas y el secuestro de migrantes con fuerzas militares en Ciudad Juárez.
Uno de los testimonios proviene de un hombre de Toluca, identificado como B. A. B. G., quien relató que después de un intento fallido por cruzar a Estados Unidos, un grupo de migrantes fue interceptado por dos camiones con soldados. Tras una llamada telefónica, los soldados entregaron a los migrantes a un grupo criminal conocido como La Línea, quienes los trasladaron al Valle de Juárez.
Otra víctima, L. J. B. C., originaria de Honduras, narró que militares se presentaron en la «bodega» donde estaban retenidos, supuestamente para rescatarlos, pero en lugar de liberarlos los llevaron a una casa abandonada donde presenciaron una conversación entre un supuesto jefe militar apodado «El Cazador» y un líder delictivo, discutiendo sobre pagos para permitir el cruce de migrantes por un punto específico.
Investigadores de la Fiscalía Especializada en Operaciones Estratégicas han documentado varias omisiones por parte de las autoridades federales, señalando la vigilancia deficiente en rutas estratégicas y zonas bajo custodia de la Guardia Nacional, como Anapra, donde se encuentran numerosas bodegas y casas de seguridad utilizadas para actividades delictivas.
Estas revelaciones han surgido en el contexto de investigaciones recientes que han vinculado a diversas bandas criminales con el tráfico, secuestro y extorsión de personas en situación de movilidad en todo el estado. Además, se han presentado casos de secuestro de migrantes donde presuntamente están implicados miembros de las fuerzas armadas, generando desconfianza y temor entre las víctimas a la hora de buscar ayuda.
Los testimonios también apuntan a incidentes específicos, como el secuestro de un migrante guatemalteco identificado como C. L. A. G., quien fue liberado tras el pago de un rescate, pero no sin antes sufrir severos traumas físicos y psicológicos debido a las condiciones de su cautiverio.
En resumen, las declaraciones y pruebas recabadas sugieren una alarmante connivencia entre autoridades y grupos criminales en actividades relacionadas con el tráfico y secuestro de migrantes en la región de Juárez, revelando una compleja red de corrupción y violencia que afecta a los más vulnerables en su búsqueda por una vida mejor.
