El huracán Beryl ha dejado una estela de devastación a lo largo del Caribe, destruyendo propiedades y dejando a muchas personas sin electricidad. Ahora ha alcanzado la península de Yucatán en México, clasificado como un ciclón de categoría tres al tocar tierra temprano el viernes.
Más de dos millones de residentes se ven afectados, incluyendo las populares zonas turísticas de Cancún y Tulum, donde las playas están cerradas y se ha desplegado un gran contingente militar para asistir durante el embate de la tormenta en la costa sureste del país.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos ha alertado sobre las condiciones peligrosas de huracán en la región, instando a la población a buscar refugio seguro. En el Caribe, al menos diez personas han perdido la vida y muchas más están desaparecidas, mientras que los vientos devastadores han destrozado techos y dejado miles de hogares sin energía eléctrica.
Las autoridades mexicanas han tomado precauciones adicionales, cerrando escuelas, protegiendo ventanas y estableciendo refugios de emergencia para residentes y turistas en áreas vulnerables al impacto del huracán. En Cancún, los supermercados han visto una afluencia de personas buscando abastecerse, aunque algunos enfrentaron estanterías vacías.
Más de 8,000 efectivos militares han sido movilizados en la Península de Yucatán para proporcionar apoyo, patrullando las playas y evacuando cientos de turistas de hoteles a lo largo de la costa. En Isla Holbox, más de 3,000 personas han sido desplazadas.
Los aeropuertos locales han sido afectados con la cancelación y retraso de más de 300 vuelos, mientras los residentes y turistas enfrentan la incertidumbre de la situación.
El huracán Beryl ha establecido nuevos récords, siendo el primer huracán de categoría cuatro en junio desde que se llevan registros, y el primero en alcanzar la categoría cinco en julio. Este evento destaca nuevamente la discusión sobre el impacto del cambio climático, con las temperaturas del mar excepcionalmente altas contribuyendo a su intensidad.
Mientras tanto, la ayuda internacional se moviliza, con la Armada Británica enviando apoyo a las Islas Caimán y el rey Carlos III expresando su pesar por la destrucción causada en varias islas del Caribe.
El huracán, después de cruzar la Península de Yucatán, se dirigirá hacia el Golfo de México y podría impactar la costa noreste de México el domingo por la mañana. Existe la posibilidad de que afecte también a Texas, donde las autoridades locales están preparando a los residentes para posibles impactos durante el fin de semana.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha instado a las comunidades costeras a estar vigilantes y tener planes de emergencia preparados. La NOAA ha advertido que el Atlántico Norte podría experimentar hasta siete huracanes importantes este año, muy por encima del promedio histórico.