Ayer, alrededor de las 17:15 horas, la jueza Hortensia García dictaminó las medidas cautelares que reemplazarían la prisión preventiva de César Duarte, exgobernador, marcando así el final de un período de dos años tras las rejas, sumado a los 23 meses que pasó detenido en Estados Unidos, donde fue arrestado el 8 de julio en Florida por el caso 3041/2019, acusado de peculado agravado y asociación delictuosa.
Las nuevas medidas incluyen permanecer en la ciudad, llevar un brazalete localizador -que deberá costear el imputado- y abstenerse de contactar a los testigos del caso.
La audiencia comenzó alrededor de las 15:30 horas, con Duarte participando de forma remota. Su defensa solicitó que se le permitiera salir eventualmente del estado por motivos de salud, incluyendo visitas a Parral, donde tiene fuentes de ingresos, o a otras ciudades como Monterrey o Torreón en caso de emergencia médica.
Sin embargo, la representación fiscal argumentó que existía riesgo de fuga y que se estaba pidiendo una medida diferente debido al vencimiento del plazo legal de la prisión preventiva.
Duarte, al tomar la palabra, criticó esta postura, mencionando que su vida estuvo en riesgo al no permitírsele salir del penal para recibir atención médica. Reafirmó su disposición para ir a juicio y demostrar su inocencia.
La jueza García, tras un breve debate, determinó las medidas cautelares, manteniendo la prohibición de salir de la ciudad y el uso permanente de un dispositivo electrónico, tal como solicitó la fiscalía. También se ordenó la entrega del pasaporte del acusado, propuesto por la defensa.
La jueza señaló que las condiciones que llevaron a la prisión preventiva no han cambiado, y que el cambio de medida se debe al vencimiento del plazo legal de dos años para la detención sin condena.
Carlos Mendoza, abogado de Duarte, expresó su preocupación por la limitación de derechos de su cliente, especialmente en materia de salud y acceso a sus fuentes de ingresos. Respecto a su domicilio, se mantuvo en reserva por motivos de seguridad.
En general, la decisión de la jueza se ajustó en parte a las expectativas de la defensa, con excepción de la prohibición de salir de la ciudad.