Más de un millón de personas están bajo advertencia de inundaciones en el alto medio oeste de Estados Unidos este domingo, tras varios días de intensas lluvias que han provocado evacuaciones y rescates en varios estados.
Iowa y Dakota del Sur son los más afectados, con previsiones de que algunos ríos alcancen niveles récord en los próximos días. El gobernador de Iowa, Kim Reynolds, ha calificado las inundaciones de “catastróficas” y ha declarado el estado de desastre en 21 condados. Imágenes aéreas muestran casas y edificios casi completamente sumergidos, con solo los tejados visibles.
Además de Iowa y Dakota del Sur, Nebraska, Minnesota, Wisconsin y partes de Illinois también están bajo advertencias de inundaciones este fin de semana. Una advertencia de inundación indica que la inundación es inminente o está en curso. Algunas de estas advertencias finalizarán el domingo por la noche, pero otras permanecerán vigentes hasta nuevo aviso, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
En Iowa, las autoridades informaron que los niveles de los ríos han superado los de la inundación de 1993, que causó la muerte de 50 personas. Durante el fin de semana, algunas áreas recibieron hasta 45 cm (18 pulgadas) de lluvia torrencial. En Dakota del Sur, la gobernadora Kristi Noem advirtió que lo peor de las inundaciones se espera para el lunes y martes, y que el río Big Sioux podría superar niveles récord.
En Rock Valley, Iowa, alrededor de 4.000 residentes se vieron obligados a evacuar el sábado después de que el río Rock alcanzara niveles récord. Las autoridades locales informaron que los pozos han sido contaminados por las inundaciones, dejando a la región sin agua potable. Operaciones de rescate con helicópteros fueron necesarias para salvar a personas y animales varados.
En Wisconsin, el mal tiempo destruyó una iglesia histórica en el pueblo de Argyle. La Iglesia Luterana Apple Grove, fundada en 1893, fue completamente arrasada por un tornado el sábado por la noche.
Estas fuertes tormentas coinciden con una ola de calor que afecta a partes de Estados Unidos, con más de 100 millones de personas bajo alertas de calor hasta el domingo. Se espera que muchas de estas alertas se extiendan hasta principios de la próxima semana, con temperaturas que podrían alcanzar casi 100 °F (37 °C) en algunas regiones. Ciudades del Atlántico medio, como Washington DC y Nueva York, podrían romper récords de temperatura. Baltimore alcanzó los 38 °C (101 °F) el sábado, la temperatura más alta registrada para ese día desde 1988.
Los científicos señalan que los fenómenos meteorológicos extremos se están volviendo más frecuentes e intensos debido al cambio climático causado por el hombre, impulsado por actividades como la quema de combustibles fósiles y la deforestación. Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, las olas de calor se han vuelto más frecuentes e intensas a nivel mundial desde 1950.