Testimonios de Migrantes Revelan Extorsión por Parte de Grupos Delictivos en Chihuahua
Según testimonios de los propios migrantes, desde su llegada a la ciudad de Chihuahua deben pagar a integrantes de grupos delictivos que controlan espacios como el campamento de migrantes en la capital del estado y la orilla del río Bravo en Ciudad Juárez.
Migrantes aseguran que quienes permanecen en el campamento junto a la central de abastos de la capital del estado son obligados a pagar 50 pesos por noche para dormir en las carpas dejadas por otros migrantes, 25 pesos por bañarse en un «cajón», 15 pesos por usar el baño, 10 pesos por orinar y 20 pesos por cargar su celular.
«Ellos se hacen llamar los del cártel. Venden droga y controlan casi todo… se encargan de cobrar. Están armados (con pistolas, armas blancas y palos) y acosan a las mujeres,» relató un hombre de origen venezolano, quien pidió mantener su anonimato por razones de seguridad.
Tarifas de Traslado y Abusos
Los migrantes indican que los controladores del campamento también imponen una «cuota» a los choferes particulares que ofrecen traslados de Chihuahua a Ciudad Juárez, cobrando entre 600 y 1,600 pesos por persona. Sin embargo, estos choferes a menudo incumplen y dejan a los migrantes antes de llegar al retén militar de Precos, en Samalayuca.
Liderazgo Armado y Amenazas
Relatan que tanto mexicanos como extranjeros forman parte del grupo, pero el líder es un mexicano que siempre está armado. En una ocasión, amenazó a un migrante diciéndole: «me levanté con ganas de morirme,» mientras le apuntaba con una pistola. El migrante, pálido de miedo, huyó del lugar cuando el hombre armado regresó a dormir, temiendo por su vida.
Otro sudamericano narró cómo un enorme tráiler se detiene para recoger a la mayor cantidad posible de migrantes, quienes pagan sumas elevadas, a veces hasta 8,000 pesos por familia, sin saber que serían abandonados a medio camino en el desierto.
Intentos de Evitar Problemas
Después de caminar durante horas, algunos migrantes llegaron al poblado de Samalayuca, donde pagaron 50 pesos por un camión de pasajeros que los llevó al centro de Ciudad Juárez. Desde allí, caminaron hacia la orilla del río Bravo hasta que fueron interceptados por personas en autos que les ordenaron retirarse, argumentando que caminar por ahí interfería con sus negocios.
«Nos dijeron que por ahí no podíamos caminar, que nos moviéramos tres cuadras hacia el fondo, porque se les cae su negocio,» relataron.
Controles y Amenazas en la Frontera
Migrantes aseguraron que en la zona de arena hay un control estricto; personas que ayudan a cruzar migrantes cortan los dedos con cizallas y graban videos si intentan cruzar sin pagar. Un hombre se identificó como «del cártel» y otros migrantes les aconsejaron no buscar problemas con él.
Los traficantes controlan los alrededores de los marcadores internacionales 36 y 40, donde abren huecos en la cerca de púas instalada por la Guardia Nacional de Texas para pasar a los migrantes que les pagan.
Otro grupo de migrantes relató que hombres armados los desalojaron del borde del río Bravo durante la noche, diciendo que iban a «trabajar» esa noche y no querían presencia de personas en la frontera.