Brenda “N”, una de las presuntas implicadas en el secuestro y muerte de Hugo Alberto Wallace, hijo de Isabel Miranda de Wallace, ha sido liberada del penal de Coatlán del Río para continuar su proceso judicial en prisión domiciliaria. Esta medida incluye el uso de un rastreador y la prohibición de salir de la Ciudad de México, ya que las autoridades consideran que no presenta un riesgo real de fuga.
Detenida en Kentucky, Estados Unidos, en 2007 y extraditada a México en 2009, Brenda “N” ha estado en prisión preventiva desde entonces. A pesar de los 17 años transcurridos, aún no se ha dictado una sentencia en su contra. Según su defensa, Brenda “N” no ha tenido acceso a su expediente judicial durante este tiempo.
Alfredo Silva, juez primero de Distrito, determinó que la prisión preventiva oficiosa aplicada a Brenda “N” era una medida extrema e injusta, razón por la cual ordenó su liberación bajo arresto domiciliario.
El caso de Hugo Alberto Wallace
El secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace en 2005 es uno de los casos más recordados en la historia reciente de México. Isabel Miranda, su madre, denunció su desaparición y posterior muerte, lo que la llevó a fundar la organización Alto al Secuestro y a ofrecer una recompensa por información que condujera a la captura de los responsables. Su activismo la catapultó a la relevancia política, llegando a ser candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por el PAN.
Brenda “N” fue detenida en Kentucky en 2007 y extraditada a México en 2009, donde se le impuso prisión preventiva oficiosa. Otros presuntos responsables del secuestro, Jacobo “N”, César “N”, Alberto “N” y Antonio “N”, también fueron capturados y, con excepción del primero, todos han recibido sentencias condenatorias.
Acusaciones de tortura y violencia sexual
La defensa de Brenda “N” ha denunciado torturas y violaciones sexuales sistemáticas desde su traslado a México en 2009. Estas acusaciones han sido corroboradas por el Instituto Federal de la Defensoría Pública, que ha representado a Brenda “N” desde 2019, resaltando que su juicio no se ha llevado a cabo con perspectiva de género.
Tras conocerse la liberación de Brenda “N”, Isabel Miranda de Wallace acusó que esta decisión fue resultado de una red de corrupción e influencias, y denunció haber recibido amenazas telefónicas recientemente.