La divisa mexicana inicia la semana con un tipo de cambio de 18.52 pesos por dólar, marcando una depreciación de 0.39% o 7 centavos en comparación con el día anterior, según Bloomberg.
Durante la sesión nocturna, el tipo de cambio mostró volatilidad con una tendencia alcista. El peso está siendo afectado por el fortalecimiento del dólar antes de una semana con varios datos económicos importantes, que podrían ofrecer una visión más clara sobre el ciclo de política monetaria de la Reserva Federal, según los analistas de Monex.
A nivel local, se esperan eventos económicos y políticos significativos, incluyendo la cifra del Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre de 2024 y cambios en el Congreso.
El índice dólar, que compara el rendimiento de la moneda estadounidense frente a las seis principales divisas globales, sube un 0.27%. El euro cae un 0.4% frente al dólar, mientras que la libra pierde un 0.29%.
El bitcoin, la criptomoneda más destacada, aumenta un 2.7%, recuperando el interés de los inversores.
Los mercados accionarios globales muestran movimientos mixtos con una tendencia positiva, a la espera de una agenda económica que incluye decisiones de política monetaria de varios bancos centrales, entre ellos la Reserva Federal.
En la temporada de reportes corporativos, se darán a conocer las cifras de cuatro de las “7 grandes” empresas: Amazon, Apple, Meta y Microsoft. En México, solo se espera el reporte de Peñoles.
En Wall Street, los futuros de los principales índices bursátiles apuntan a una apertura positiva, destacando un incremento del 0.6% en el Nasdaq. En México, se prevé que el Índice de Precios y Cotizaciones opere entre 51,800 y 54,000 unidades, según especialistas de Banorte.
En Europa, las bolsas muestran movimientos mixtos, con el Euro Stoxx 50 cayendo un 0.4%. En Asia, los mercados cerraron en alza, con el Nikkei subiendo un 2.13% y el Hang Seng un 1.28%.
El precio del petróleo estadounidense WTI, de referencia para la mezcla mexicana, baja un 0.2%, acercándose a mínimos de seis semanas, ya que los datos económicos positivos de China y la renovada tensión en Medio Oriente son opacados por dudas sobre la demanda global.