Un iraní condenado en Suecia por crímenes de guerra ha sido liberado como parte de un intercambio de prisioneros entre los dos países. Hamid Noury, quien cumplía cadena perpetua por su participación en la ejecución masiva de presos políticos en Irán hace más de tres décadas, regresa ahora a Teherán. A cambio, Johan Floderus, un diplomático sueco detenido en Irán bajo cargos de espionaje desde hace dos años, y Saeed Azizi, con doble nacionalidad y arrestado el año pasado con una condena de cinco años, vuelven a Estocolmo.
Las relaciones entre Suecia e Irán se han deteriorado notablemente desde que Noury fuera condenado en Suecia. El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, denunció el intercambio, calificando a Floderus y Azizi como peones en un juego cínico de negociación para asegurar la liberación de Noury. Kristersson destacó que Noury fue condenado por graves crímenes cometidos en Irán en los años 1980, específicamente por su rol durante la ejecución masiva de prisioneros políticos.
Kazem Gharibabadi, secretario del Alto Consejo de Derechos Humanos de Irán, defendió la liberación de Noury, argumentando que había sido detenido ilegalmente en Suecia y ahora estaba regresando a Irán en libertad. Noury fue acusado de crímenes de guerra y asesinato en 1988, cuando era asistente del fiscal adjunto en la prisión de Gohardasht en Karaj. Este caso marca la primera vez que alguien ha sido procesado por su participación en la ejecución masiva de miles de prisioneros políticos, un episodio que el gobierno iraní nunca ha reconocido oficialmente.
En 1988, durante la guerra entre Irán e Irak, el líder supremo ayatolá Ruhollah Jomeini emitió una fatwa ordenando la ejecución de todos los prisioneros leales o simpatizantes del grupo opositor Mujahedin-e Khalq (MEK). Se estima que entre julio y septiembre de ese año fueron ejecutadas entre 2.800 y 5.000 personas, incluyendo hombres y mujeres, en varios lugares, incluida la prisión de Gohardasht, un evento que ha sido ampliamente condenado por grupos de derechos humanos.