Más previsiones: El tiempo en Sevilla 25 días

Sheinbaum enfrentará los desafíos de Pemex que AMLO dejó sin resolver

En un caluroso día de agosto, Claudia Sheinbaum, acompañada de su mentor, el presidente Andrés Manuel López Obrador, asistió a la inauguración de una de las obras de infraestructura más caras en la historia de México: una refinería de petróleo con un costo de 16 mil millones de dólares.

Este enorme complejo, ubicado en Tabasco, el estado natal de López Obrador, es la pieza central de la estrategia energética que Sheinbaum, una científica especializada en clima, heredará cuando asuma la presidencia en octubre.

Mientras el mundo se enfoca en energías limpias, México ha apostado por los combustibles fósiles, y los costos de esta decisión ya comienzan a ser evidentes.

En 2024, la producción petrolera de México cayó a su nivel más bajo en 45 años, marcando uno de los mayores descensos globales en este siglo. Además, los apagones han afectado al país, tras la decisión de López Obrador de ignorar las energías renovables que podrían cubrir la demanda eléctrica. Las importaciones de gas natural han aumentado, alejando la posibilidad de alcanzar la independencia energética.

Pemex, la petrolera estatal, se ha convertido en la empresa petrolera más endeudada del mundo, tras incurrir en grandes gastos para desarrollar proyectos. Para evitar el impago de su deuda, que asciende a casi 100 mil millones de dólares, ha requerido múltiples rescates financieros con fondos públicos.

El desorden en la industria energética mexicana será un reto crucial para Sheinbaum en los próximos años. Aunque ha expresado su deseo de orientar a México hacia energías limpias, las políticas nacionalistas de su predecesor, enfocadas en el petróleo, podrían ser un obstáculo significativo, junto con su lealtad hacia quien la ayudó a llegar al poder.

Durante la inauguración de la refinería, Sheinbaum destacó el trabajo de los ingenieros mexicanos, mostrando su apoyo a las políticas de López Obrador y criticando a anteriores líderes por la exportación de petróleo y la apertura del sector energético a la inversión privada. Sin embargo, la refinería, destinada a impulsar la autosuficiencia energética transformando crudo en gasolina, aún no opera completamente, según la Agencia Internacional de la Energía. Con retrasos y sobrecostos, el proyecto duplicó su costo original de 8 mil millones de dólares, incrementando la presión financiera sobre Pemex, que ya enfrenta problemas para pagar a sus proveedores, lo que ha afectado la producción.

Sheinbaum ha planteado algunas propuestas energéticas, como la construcción de plantas solares y la explotación de litio para baterías de vehículos eléctricos, junto con la infraestructura para cargarlos. También ha sugerido limitar la producción de petróleo de Pemex, rompiendo con la idea de que México es una potencia petrolera, a pesar de que la producción de crudo ha caído a la mitad desde principios de siglo.

Aunque México aún exporta petróleo, depende de las importaciones para cubrir sus necesidades energéticas. Esto ha reducido su influencia en los mercados energéticos globales, mientras que otros países de América, como Estados Unidos y Brasil, ganan protagonismo. A pesar de esto, el nacionalismo petrolero sigue presente en la cultura y educación mexicana, resistiendo cualquier cambio hacia la privatización.

López Obrador, al asumir la presidencia en 2018, reforzó el nacionalismo petrolero y priorizó los combustibles fósiles, cancelando proyectos de energía solar y eólica. Según Octavio Romero, director de Pemex, la decisión de invertir en refinerías fue una medida de seguridad nacional, debido a la dependencia de México de las importaciones de combustibles refinados.

Sin embargo, los costos para mantener a Pemex han aumentado. Desde 2019, el gobierno ha destinado al menos 70 mil millones de dólares en rescates a la empresa, que solía ser una de las principales fuentes de ingresos del país. Pemex sigue siendo conocida por mantener privilegios para sus empleados, lo que algunos consideran insostenible.

Algunos analistas sugieren que el gobierno debería permitir que Pemex entre en suspensión de pagos, argumentando que la economía mexicana podría soportar el impacto. Sin embargo, para Sheinbaum, retirar el apoyo a Pemex podría ser extremadamente impopular. Hasta ahora, ha indicado que planea refinanciar la deuda de la empresa, con la esperanza de liberar recursos para energías limpias.

Sheinbaum presentó algunos de sus planes el 18 de marzo, en el aniversario de la expropiación petrolera, proponiendo limitar la producción de petróleo de Pemex a 1,8 millones de barriles diarios y enfocarse en energías renovables y eficiencia energética para absorber el crecimiento de la demanda.

No obstante, los detalles sobre cómo implementará esta transición son escasos, especialmente considerando el limitado margen financiero que tendrá. Otro legado de López Obrador será un déficit presupuestario del 6% del PIB, el más alto en 24 años. Además, la deuda de Pemex representa otro 6% del PIB.

El nacionalismo de recursos que impregna la política mexicana también limita el alcance de lo que Sheinbaum podría lograr, en un país donde el petróleo sigue siendo fundamental para la identidad nacional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *