El conflicto, que cumplió este lunes 66 días desde su inicio tras un operativo fallido en el penal de San Francisco Kobén, tomó un nuevo giro esta tarde con un enfrentamiento entre cerca de 50 policías disidentes y elementos ministeriales y estatales. El altercado incluyó golpes, lanzamiento de botellas y resultó en una cifra no oficial de cinco mujeres y un reportero agredidos.
La trifulca tuvo lugar en la sede alterna de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC), ubicada en la academia de policías de la capital del estado. Allí, más de 50 manifestantes se congregaron para exigir el pago de sus salarios, retenidos desde el pasado 15 de mayo, y que han reclamado ante diversas instancias. Tras algunos minutos de protesta, los disidentes cerraron los accesos a las instalaciones, lo que llevó a los policías ministeriales a intentar liberar la circulación.
El Fiscal General del Estado, Renato Sales Heredia, intentó dialogar con los manifestantes, asegurando su intervención para llegar a soluciones rápidamente. Sin embargo, la intervención del diputado federal José Luis Flores Pacheco provocó que el ex comisionado nacional de seguridad se retirara del lugar.
Posteriormente, agentes ministeriales intentaron recuperar al menos dos autobuses necesarios para las fuerzas estatales y que los disidentes mantenían en su poder, argumentando que estos bienes son esenciales para la seguridad ciudadana. Esta acción desbordó los ánimos, resultando en una confrontación física entre los agentes dados de baja en las últimas semanas y los policías estatales.
Entre los agredidos por los disidentes se encontraba el director de asuntos internos, Víctor Contreras, quien fue acusado en redes sociales de agredir a un reportero, tirándole su teléfono celular con el que estaba grabando en el lugar. Además, se reportaron cinco mujeres con problemas de presión arterial y crisis nerviosas.
Videos grabados en el lugar muestran a hombres con cascos y ex agentes golpeando a policías estatales que intentaban recuperar las unidades de traslado policial. Los agentes repelieron la agresión, desembocando en una batalla campal en la que se usaron botellas y piedras.
Hasta el momento, no se ha confirmado con certeza si hubo lesionados de consideración. Sin embargo, la cifra extraoficial indica que cinco mujeres sufrieron crisis nerviosas y algunos golpes. Al final, los agentes disidentes se retiraron de las instalaciones sin resolver el problema de su salario, que llevan cinco días sin cobrar.