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Sin apoyo: La pobreza energética de millones de europeos durante las olas de calor anuales

Cada invierno, millones de europeos enfrentan el desafío de mantener sus hogares calientes mientras las facturas de electricidad suben. Sin embargo, hay otro tipo de pobreza energética que está en aumento: la dificultad para mantener las casas frescas durante las olas de calor, un problema que se agrava con el cambio climático.

Europa se está calentando más rápido que el resto del planeta, con un aumento de temperaturas aproximadamente el doble de la media mundial. Se estima que para 2100, entre 10 y 100 millones de europeos podrían enfrentar calor extremo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es crucial mantenerse fresco en estas condiciones, pero para muchos, esto no es posible.

Datos de Eurostat revelan que hasta el 19% de los hogares europeos no logran mantener una temperatura confortable en verano, aproximadamente uno de cada cinco. La falta de aislamiento, ventilación, protección solar y opciones de aire acondicionado expone a millones de personas a un calor peligroso.

La ONG climática Zero Portugal, con sede en Lisboa, ha encuestado a 315 hogares sobre sus problemas térmicos. Casi el 55% de los encuestados mencionaron dificultades para mantener una temperatura adecuada en sus viviendas durante todo el año.

Uno de los participantes comentó: «La falta de aislamiento hace que la casa sea fría en invierno y se caliente fácilmente en verano. No pudimos renovar las ventanas ni invertir en aislamiento térmico.» Otro añadió que, debido al alto costo de la electricidad, tienen que mantener las persianas cerradas casi todo el día para evitar el calor.

En España, la situación no es mejor. Ecoserveis, una organización sin ánimo de lucro en Barcelona, trabaja en el proyecto CoolToRise para combatir la pobreza energética estival. A través de talleres, ayudan a las personas a gestionar las facturas eléctricas y a afrontar el calor en verano. Fátima, una participante, explicó que aunque tiene un ventilador, no puede usarlo todo el día por el costo. Su situación se complica con problemas respiratorios que requieren ventilación.

La pobreza energética estival es un problema creciente y más difícil de resolver que la pobreza energética invernal. En áreas urbanas densas, el calor se acumula y dificulta la refrigeración de las viviendas durante la noche. Javier Tobías de ECODES explica que mientras en invierno se pueden usar mantas y ropa abrigada, en verano, cuando la temperatura interior alcanza los 30 ºC, es más complicado encontrar alivio.

La salud también se ve afectada por el calor extremo. Según la OMS, el calor extremo mata a más de 175,000 personas al año en Europa, exacerbando enfermedades crónicas y afectando la salud mental. En Francia, se estima que uno de cada siete residentes vivirá en áreas con más de 20 días de calor extremo anualmente para 2050.

Hélène Denise de la Fundación Francesa para la Vivienda de las Personas Desfavorecidas destaca que los hogares de bajos ingresos son los más afectados. Aunque Francia exige que los hogares alquilados mantengan al menos 19 ºC, no hay un límite máximo de temperatura, lo que deja a muchos vulnerables al calor extremo.

Las soluciones para combatir la pobreza energética estival incluyen mejorar el aislamiento, sombrear ventanas y diseñar edificios más frescos. El movimiento Build Better Lives pide soluciones asequibles para mantener los hogares confortables y reducir las facturas energéticas. Mónica Vidal, cofundadora del movimiento, sugiere que se debe replantear el diseño de edificios y ciudades para enfrentar tanto el calor como el frío.

Las soluciones también deben ir acompañadas de políticas sólidas para asegurar que todos reciban el apoyo necesario. Aunque la UE ofrece fondos como el NextGeneration, aún queda mucho por hacer para adaptar las viviendas a las nuevas realidades climáticas.

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