El cierre del bulevar Norzagaray, a la altura del cruce con la calle Amapolas en dirección poniente-oriente, ha causado malestar entre los conductores locales. Luis Roberto Martínez, residente y conductor de la zona, ha expresado su preocupación por el aumento de la congestión vehicular y la necesidad de buscar rutas alternativas para llegar al centro de la ciudad.
Rosa María Ballesteros, otra residente afectada, ha notado que su tiempo de traslado al trabajo en el centro se ha incrementado en más de 20 minutos debido al cierre y a las obras en la zona.
La Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) ha informado que la renovación de los colectores en el bulevar tomará hasta 18 meses. Este proyecto busca actualizar un sistema que no ha sido mejorado en más de 50 años.
La primera fase de la obra incluye la renovación de la infraestructura en la calle Cuba, y se extenderá a las calles Nadadores, Arroyo Colorado y Víboras. Para reducir el impacto en el tráfico, el proyecto se dividirá en varias etapas. La segunda fase afectará el carril norte del bulevar, y se prevé que esté cerrado por unos dos meses. Durante este tiempo, el tráfico se desviará a doble sentido en la parte sur del bulevar hasta la calle Cloro.
La JMAS ha solicitado permisos a la Comisión de Gobierno y Servicios Públicos (CGSV) para continuar con las obras, con una fecha estimada de conclusión en diciembre. La empresa Ikralg, que ganó la licitación para la partida dos, ya ha comenzado a trabajar, colocando barreras de concreto en la calle Dalias, entre Norzagaray y Díaz Ordaz.
El proyecto también incluye una partida tres, que abarca desde el viaducto Díaz Ordaz hasta las vías de Ferromex, adjudicada el 24 de junio. La partida uno, que va de las calles Arroyo de las Víboras a Telurio, está en proceso de una nueva contratación debido a que fue declarada desierta.
Aunque el objetivo del cierre es modernizar la infraestructura, los ajustes en el tránsito han generado inconvenientes temporales para los residentes y conductores, según la JMAS.