Tormentas y fuertes lluvias han dejado bajo el agua a muchas partes del norte de Italia, afectando especialmente a las ciudades de Padua y Vicenza.
Los servicios de emergencia han estado utilizando botes inflables para rescatar a las personas de sus hogares, y las imágenes muestran coches flotando en las calles.
El gobernador de la región de Véneto describió el clima nocturno como una «bomba de agua».
Mientras tanto, el sur de Italia está viviendo una ola de calor inusual, con temperaturas que alcanzan los 35°C en Sicilia.
En una entrevista con el periódico Corriere del Veneto, el profesor Marco Marani, experto en el impacto del cambio climático de la Universidad de Padua, afirmó: «Los eventos extremos se están volviendo más frecuentes y aumentarán con el calentamiento global».
En las primeras horas del viernes, las orillas del río Muson dei Sassi en el área de Padua cedieron debido a las intensas lluvias, provocando graves inundaciones.
En Borgo Mantovano, Lombardía, un tren de carga fue volcado por ráfagas de viento de entre 150 y 200 km/h (93-120 mph).
El alcalde local, Alberto Borsari, escribió en las redes sociales que «muchas calles y sótanos se inundaron» y que la situación era «realmente difícil».
«Afortunadamente, nadie resultó herido», añadió.
Milán experimentó hasta 130 mm (5 pulgadas) de lluvia en un solo día, resultando en inundaciones repentinas. Observadores locales indicaron que tal intensidad de lluvia no se había registrado en mayo en más de 170 años.
En Véneto, las autoridades de Protección Civil declararon un estado de alerta roja hasta las 14:00 hora local (12:00 GMT), especialmente entre Vicenza y Verona, donde las cuencas de agua están desbordadas tras recibir 70 mm de lluvia en 30 minutos.
Una persona está desaparecida en el área de Como tras el colapso de un pequeño puente.
En el sur, Cerdeña enfrenta condiciones muy secas y se anticipa otra mala temporada para los agricultores de trigo, que esperan la mitad de la cosecha habitual debido a la falta de agua, según el periódico local L’Unione Sarda.
También se prevén restricciones de agua en la zona más adelante en el verano.
El profesor Marani señaló que «hay una fuerte evidencia científica» de que los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes, y añadió que los cálculos para las defensas contra el agua «deben revisarse para entender el riesgo real que enfrentamos».
«El cambio climático debe ser gestionado», añadió.
En abril, el nuevo informe Estado del Clima de la agencia climática de la UE Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial subrayó la necesidad de defensas contra inundaciones y la urgencia de actuar frente al cambio climático.
Científicos del clima calcularon que en 2023, un tercio de los ríos de Europa superaron el umbral de «alta» inundación, mientras que el 16% superó la marca de «severa».