Agentes de la Guardia Nacional de Texas han comenzado a desmantelar una cerca de alambre de navajas colocada a lo largo del río Bravo, en un intento por frenar el ingreso ilegal de migrantes a los Estados Unidos. Esta acción, iniciada los días 3 y 4 de julio, abarca desde el cruce del bulevar Norzagaray y el Malecón hasta el Parque de las Tortugas.
A pesar de que el alambre ha sido retirado, los metros de este material permanecen amontonados en el área, junto a grandes bolas de acero dejadas en los alrededores del río Bravo. La Guardia Nacional texana no ha emitido comunicado alguno explicando esta repentina decisión, aunque se sabe que la Corte Suprema de los Estados Unidos había ordenado anteriormente retirar esta infraestructura fronteriza.
El sacerdote Juan Carlos López Morales, vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez, ha expresado que esta medida es contradictoria, ya que inicialmente se implementó para disuadir a los migrantes, pero ahora podría interpretarse como facilitadora de su ingreso a los Estados Unidos. La iglesia católica se opuso desde el principio a esta barrera por considerarla inhumana y contraria a un trato digno hacia los migrantes, viéndola como un símbolo de hostilidad hacia los extranjeros por parte del gobernador.
López Morales sugiere que la decisión de retirar el alambre podría estar motivada por consideraciones políticas en vísperas de las elecciones estadounidenses, donde los líderes buscan ganar mayor apoyo popular.»