Desde que Israel inició su operación militar en Rafah hace siete semanas, casi todas las preocupaciones de la administración Biden se han hecho realidad. A pesar de debilitar a Hamás, no ha sido destruido. La cifra de víctimas civiles palestinas sigue en aumento y las esperanzas de una ayuda humanitaria constante y sostenible en Gaza se desvanecen con el calor del verano.
Más de un millón de habitantes de Gaza, huyendo de la ofensiva en Rafah y ya desplazados múltiples veces desde el inicio de la guerra, se encuentran ahora abandonados en un paisaje de escombros y campos de refugiados devastados. Carecen de refugio, comida, agua y atención médica adecuada.
En el transcurso de este mes, decenas de personas han perdido la vida en al-Mawasi y sus alrededores debido a los ataques israelíes, según informes de agencias de ayuda internacionales. Recientemente, las fuerzas israelíes han reanudado los ataques aéreos y terrestres en el norte de Gaza, apuntando a supuestos túneles, depósitos de armas y bases de Hamás, a pesar de haber declarado la zona mayormente libre de militantes meses atrás.
Se cree que varios rehenes, entre 50 y 100, incluidos cinco estadounidenses, siguen en cautiverio bajo el control de Hamás, con informes de que algunos han perdido la vida durante su captura.
En las últimas semanas, un sentimiento de desaliento ha envuelto a la administración Biden mientras los esfuerzos políticos y la posibilidad de un alto el fuego parecen distantes. Además, la perspectiva de un conflicto regional ha cobrado fuerza, con la participación de representantes iraníes en el Líbano y más allá.
Las tensiones entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y la administración estadounidense han aumentado. Netanyahu recientemente acusó públicamente al Departamento de Estado de retrasar los envíos de armas estadounidenses a Israel, aunque la administración negó estas acusaciones sin llegar a llamar mentiroso al primer ministro.
Aunque la administración afirma estar cerca de un acuerdo con las naciones del Golfo Pérsico para la reconstrucción y la transición hacia una seguridad en Gaza postguerra, es probable que los estados árabes se opongan a cualquier acuerdo que mantenga a Hamás, a Israel o a ambos en posiciones de poder dentro del enclave.